Iglesia de San Miguel Arcangel de Trigueros del Valle, s. XII. (Valladolid)
nota: (Autor de las fotografías: Raúl Santos Toledano "Mystigal" Autor del texto del artículo/colaborador
de www.arteguias.com:
José Manuel Tomé)
Iglesia de San Miguel
No lejos del castillo, en el centro del casco urbano y acomodada en una suave ladera se levanta la iglesia de San Miguel, templo que, pese a sus añadidos posteriores, puede vanagloriarse de ser una de las construcciones más interesantes y mejor conservadas llegadas a nuestros días del románico rural vallisoletano.
Edificada en buena sillería caliza, constaba en origen de una sola nave de cinco tramos cubiertos con bóveda de cañón apuntado reforzada por arcos fajones también de perfil apuntado que apean alternativamente en pilastras lisas y ménsulas. A continuación, tras el arco triunfal, el ábside semicircular se resuelve con bóveda de cascarón.
A esta planimetría primitiva, tan característica del románico rural castellano, le serían añadidos en fechas posteriores sendas capillas de bóvedas estrelladas a modo de crucero en el siglo XVI; y una segunda nave septentrional en el XVIII, para lo cual, fue necesario romper los paramentos originales del hastial norte de la nave.
Uno de los primeros detalles que llama la atención
en San Miguel de Trigueros del Valle es el hecho de que la nave
se cubra con bóvedas pétreas, circunstancia harto
excepcional en el románico de la zona (donde predominan las
cubiertas de madera) y que podría explicarse por el poder
económico que le confería ser dependiente directa
de la Colegiata de Santa María la Mayor de Valladolid.
Algunos especialistas apuntan incluso la posibilidad de que las bóvedas primitivas sufriesen un desplome poco tiempo después de su cerramiento, y que las que vemos actualmente fuesen obra de bien entrado el siglo XIII.
En definitiva, podemos concluir que los elementos más llamativos y de mayor relevancia artística de la iglesia de San Miguel son su ábside y la portada principal abierta al lado sur.
El ábside, canónicamente orientado, se levanta sobre un marcado zócalo con el fin de igualar el terreno ligeramente en pendiente sobre el que se asienta. Queda articulado en cinco paños definidos por cuatro medias columnas rematadas en capiteles a la altura de las cornisas, abriéndose ventanales en los tres paños centrales.
Los capiteles de las medias columnas son vegetales a excepción de una de las cestas, en la que puede distinguirse una sirena de doble cola acompañada de una figura humana. En cuanto a los canecillos, la mayoría son geométricos o vegetales, apareciendo puntualmente alguna figuración antropomórfica y, de nuevo, la recurrente sirena pez de doble cola.
La portada, orientada al sur y considerablemente abocinada, consta nada menos que de siete arquivoltas de medio punto abrazadas por una chambrana exterior ajedrezada.
Dichas arquivoltas se presentan minuciosamente decoradas a base de trenzados perlados, hojas alancetadas, puntas de clavo, lazos geométricos con prismas en relieve, boceles y fórmulas ajedrezadas que se repiten en los cimacios.
Descansan las arquivoltas a cada uno de los lados del vano sobre tres columnas que quedan acodilladas entre pilastras, todo ello elevado sobre un prominente plinto de nuevo destinado a igualar las irregularidades del terreno.
En cuanto a los capiteles, reconocemos a la derecha del vano animales afrontados que se unen en una sola cabeza, un personaje con una túnica y un tercero más sencillo; mientras que las cestas de la izquierda disponen un entrelazo, hojas de remate avolutado y, de nuevo, una sirena de doble cola que hemos visto ya en otros lugares de esta misma iglesia.
Por lo general, la escultura de la iglesia de San Miguel de Trigueros del Valle denota la mano de un taller popular posiblemente influido por los repertorios palentinos y, sobre todo, burgaleses.
(Autor del texto del artículo/colaborador
de ARTEGUIAS:
José Manuel Tomé)
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